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Sueños de cantar son los que tiene “Oscar” o “Dj Pana”, como prefieran llamarlo. Este jovencito de clase baja tiene 18 años, hijo de una ama de casa que soñó con ser cantante, y que hizo a un lado sus sueños por forjar una familia. Es estudioso y dedicado, es cariñoso con los vecinos y amigos, les dice “pana” a todos sin importar raza ni condición social. Da la vida por su mamá, pero la ausencia de su padrastro lo incomoda. 
“Dj Pana” estudia porque sabe que debe hacerlo para ser alguien en la vida, sin embargo adentro, en su cuerpo, no corre sangre sino música. No quiere otra cosa en la vida, diferente a cantar reggaetón, gritar a través de la canción lo que significa no tener nada y ser alguien con la sola dicha de letras y melodías. Sabe que algún día será famoso, lo que no sabe es cuándo llegará ese día. 
Mientras tanto, muy cerca de él está “Anabela”, niña de clase alta, sifrina y bien vestida. Se siente superior a los demás por el colegio en el que estudia y las niñas que la rodean. Ha crecido creyendo que es rica, porque en su casa nunca ha faltado nada. Ha tenido mujeres de servicios, vacaciones en Disney y Europa, y ropa de marca. A veces se comporta frívola, pero en su interior tiene un gran corazón. “Anabela” tiene un hermano, “Tomasito”, un pequeño de 9 años distraído y juguetón que suele ser un poco desordenado y roñoso, curioso como cualquier niño. 
Estos personajes y muchos otros, pintorescos por demás, se verán envueltos en situaciones que les demostrarán que la vida es única, impredecible, divertida, a veces dura y, muchas otras, invalorable. Las amistades, las vivencias, los problemas, los amores y desamores se manifiestan fructuosamente. El bien y el mal se personifican, y los siete pecados capitales se hacen tangibles, pero un ritmo en común les hará posible la convivencia. ¿Qué mejor manera de contar un historia que poniéndole música y dejándola que vibre a su propia voluntad? 
Convergen historias reales de vidas adolescentes que harán que todos se identifiquen. Un sueño perseguido, dos mundos que se encuentran, el dilema de hacer lo socialmente permitido o lo que dicte el corazón. Una pasión, un género musical, un gran ¡AMOR URBANO!